jueves, 16 de junio de 2011

NARRAR INTERPRETANDO

 MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA

Miguel Hidalgo desde niño convivio y jugaba con niños indígenas que trabajaban en la hacienda que su padre administraba, con los cuales aprendió a hablar lenguas autóctonas  como  el otomí, el náhuatl y el purépecha.
A los 12 años se fue a estudiar a Morelia en el colegio de San Nicolás, donde paso de ser un estudiante brillante, motivo por el cual llegó a ser catedrático y rector de la universidad.
En aquellos tiempos se estudiaba filosofía y teología por lo que solo si queria seguir estudiando, se ordeno como sacerdote, ocupo varias parroquias y era muy querido por los indígenas a los cuales enseñaba a cultivar viñedos, criar abejas y pequeñas industrias.
El era un hombre muy culto y conocedor de las ideas de la ilustración y cuando supo de la invasión de Napoleón, formo un grupo de intelectuales que se reunían en secreto para discutir sobre la soberanía de la Nueva España. El lugar de las reuniones era la casa de la corregidora de Querétaro, Doña Josefa Ortiz de Domínguez; en donde se hizo de amigos militares como Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Abasolo. A pesar de ser sacerdote le encantaban los juegos de azar y el baile; hasta tuvo hijos con dos mujeres, es decir era un hombre de mundo fuera de su iglesia.
Planearon levantarse en armas el 1º de octubre, pero al ser descubiertos, tuvieron que adelantar el levantamiento, porque si no lo hacían  iban a ser tomados presos y juzgados por el gobierno virreinal.  Fue entonces que el 16 de septiembre, ordeno tocar las campanas de la parroquia de Dolores para dar el famoso grito, en el que invitaba al pueblo a levantarse en armas contra el gobierno virreinal  español.
L a gente lo siguió ya que Hidalgo era muy querido sobre todo por los indígenas y fue así como inicio una larga guerra de Independencia. Posteriormente en Atotonilco, tomo como bandera un estandarte de la Virgen de Guadalupe, creando así una identidad para los insurgentes y su lucha. En Guanajuato, los ricos al saber que los insurgentes iban a saquear la cuidad, se refugiaron en un almacén  conocido como la Alhóndiga de Granaditas, lo que motivo a los insurgentes a tratar de tomar posesión y hacerse justicia; fue una lucha encarnizada donde los insurgentes tenían muchas baja; hasta que el famoso Pípila con una piedra en la espalda logro quemar la puerta de la entrada y fue así un éxito para los insurgentes. Donde los insurgentes saquearon todo lo de valor que encontraron y fusilaron a todos los prisioneros, esto sucedió a la vista de Hidalgo, quien no pudo contener la furia de los insurrectos.
Posteriormente, las tropas de Hidalgo y Allende estaban en el monte de las cruces, cerca de la ciudad de México, donde lograron derrotar al ejercito realista,  y trato de entrevistarse con el Virrey, sin tener respuesta, motivo por el cual no quiso entrar a la capital, porque pensó tal vez que la capital tendría la misma suerte de Guanajuato.
Días después fueron derrotados en Aculco y Miguel Hidalgo decidió ir a la ciudad de Guadalajara; en donde decreto la abolición de la esclavitud. Así como también que fusilaran  a los españoles prisioneros. El ejercito realista avanzo sobre Guadalajara y en el Puente de Calderón fueron totalmente derrotados por el general Calleja, pero los jefes insurgentes lograron escapar y salieron rumbo al norte en busca de la ayuda norteamericana. Cuando huían fueron traicionados , hechos prisioneros y condenados a muerte y sus cabezas fueron enviadas a las cuatro esquinas de la Alhóndiga de Granaditas. Pero la semilla de las ideas de libertad y de independencia ya estaban  sembradas y esta guerra terminó hasta que logro el propósito de Hidalgo, llamado “el padre de la Patria”.
Supongamos, que Hidalgo hubiese entrado a la ciudad de México, quizás la historia hubiese cambiado, y no hablaríamos de 10 años de lucha en la que se perdieron muchas vidas. Tal vez también la iglesia mexicana no lo hubiera excomulgado y entregado a la ley española. Y también hubiese tenido la historia de México, a un cura como uno de sus primeros gobernantes. Y la iglesia mexicana se hubiese separado de la romana, es decir, ya no dependeríamos del papa, algo parecido a lo que paso con la iglesia anglosajona.
    

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